El mimbre, el ratán, el yute, el sisal o el bambú, entre otras, son texturas naturales que en los últimos años se han venido integrando sin esfuerzo en los interiores con más estilo de la esfera decorativa contemporánea, quedando atrás esa costumbre de relegarlas a los espacios exteriores.

Adquieren  forma de muebles y complementos ligeros como sillas, butacas, lámparas, cestas o alfombras para vestir tu oficina con la frescura de la naturaleza.

Las fibras vegetales están cada vez más presentes, algo que nos resulta especialmente agradable ya que recuerda al buen tiempo y al exotismo de algunos lugares donde tradicionalmente forman parte de la decoración tradicional.

Queremos recordaros que son siempre una buena idea porque:

Encajan en cualquier estilo decorativo.

Se adaptan a todos y cada uno de los rincones. 

Aportan el valor de lo artesanal.

Con ellas, los ambientes se empapan de personalidad y estilo.

Transmiten sensación de bienestar

Fomentan un estilo de vida natural y slow.